viernes, enero 27, 2012

Alma-Cena-Miento

Hace mucho que no escribía mucho (ñe). Debe ser que uso mucho tuitah y mi capacidad de síntesis se superdesarrolló o mi vida ha sido tan fome que en realidad no hay nada de que escribir. Nah, mentira eso último. Osea, mi vida es fome. Es cosa de compararla con cualquier otra vida más bacán (visionaria) pero eso no ha sido impedimento para escribir todo este tiempo en el que adorno las cosas con la imaginación cósmica que Juan Pablo II me dejó en su testamento espirituals. A ti, fiel lector, te aviso que es como harto y no es tan divertido (nunca lo fue) porque son muchas cosas de muchas cosas mezcladas. Pero va con monitos para que sea más entrete.






Desde que cumplimos tres meses de paro que tenía un borrador de tonteras anotadas. De eso ya ha pasado harto tiempo y cosas. Al final fueron seis meses, se retomaron las clases y seguiremos en eso hasta el diez de febrero, en el semestre más estresante que he tenido hasta el momento. Aunque hablo de mona porque yo no me he sentido tan pa la cagá. La verdad, ha sido el semestre que he tenido más cosas que hacer y en el que he estado menos urgida. Me explico. Con todas las cosas que hay que hacer (informes, seminarios, estudiar para las pruebas y blobloblo) además de mi trabajo los fines de semana, apenas tendría tiempo de escribir cosas como éstas. De hecho, no debería. Pero he escrito, he leído, he bajado y escuchado más música, he visto más películas y series, he dormido y jugado con el gato más que antes (eso se puede mal entender). Y no me ha ido horrible. Antes era la mina más neurótica y al final no hacía nada y me iba como el forro (se aplica a todo lo que hago). Ahora tampoco hago mucho pero me preocupo menos y me va mejor que como el forro. Lo único penca es estudiar con calor. No, no y no. Porque da sueño, sed, hambre, sudor, ahogo, dolor de cabeza, mal humor, todo. Quizás por eso andaba toda idiota con mi amigo Ermo. 




Yo lo quiero caleta pero ya habíamos llegado a un punto de estrés en el que ni nos hablábamos. Bueno, en eso también hay más cosas. Él tiene sus preocupaciones y ataos personales que con toda esta mega carga académica hace que cualquiera ande de mal humor. Yo igual. No me gustó esa mala onda porque si hay algo raro es que nosotros peleemos. De hecho, ésta debe ser LA vez que pasamos largo rato sin hablar. Siempre nos contamos todo aunque sea algo que sabemos que hará enojar al otro. Por ejemplo, yo le conté de una revelación que sufrí hace poco que me tiene con todas las ganas de viajar en busca de... Bueno, algo. Todos buscan algo. La cosa es que él no está de acuerdo con el objetivo del viaje y se encargó de dejarlo en claro como por media hora (exagero pero se sintió latero en un punto de la conversación) y yo lo escuché atentamente (mentira) pero él ya me conoce y cacho al tiro que pienso viajar igual. Y tanto me conoce que sabe que estaré hasta el último momento dudando si debo o no hacer el mentado viaje. Yo también le doy consejos que no pesca. Es mutuo.




Ah. Ese día estábamos preparando el queso crema con poroto que brillantemente se nos ocurrió desarrollar. Y esos lentes me los regaló mi mamá para celebrar año nuevo. Que nunca fue. La bienvenida al 2012 me pilló bajo tierra. Trabajando hasta las dos de la madrugada cargando bip! y vendiendo boletos porque Metro te lleva bajo la piel todos los días y a toda hora aunque sea Navidad, Año nuevo o Halloween. Le pregunté a mi mamá si no le molestaba pasar el año nuevo sola y dijo que no. La verdad es que esas fechas impuestas no me agradan. No tengo esa costumbre de celebrar a las doce, los abrazos, el brindis, el cotillón, la cumbia y todo eso. Soy bastante fome y mi mamá anda por las mismas. Si no vienen familiares o amigos, decimos Feliz Año y nos acostamos a la una. Todos me miraron como un mojón con patas por haber hecho eso. A ellos les digo: cómanse mis calzones. Por que con esa plata compré regalos de Navidad porque me juro la más grinch y es pura pantalla porque soy toda amor y en el fondo me gusta tener esa sensación de embriaguez-felicidad-familiar. El asunto es que me bajó toda la paz y la onda por hacer bien las cosas. Terminé dedicando un día entero de mi ocupada agenda (ja) en busca del regalo perfecto para cada persona en mi lista. No me preocupé del costo ni si me llegaría algo de vuelta. Personas que ni se esperaban (algunas esperan todavía) recibir algo, se pusieron contentas y eso me hizo sentir bien. Lo lindo fue que se dio una perfecta ocasión para entregarlos. Con tanta cosa por hacer no tengo tiempo de ver a las personas que quiero y justo se dio la oportunidad de pasar un rato agradable mientas nos poníamos al día. Quizás no lo demuestro, pero extraño conversar con mis amigos y la mayoría del tiempo quiero abrazarlos y decirles que los quiero.





Es que se me ha ido la vida en la universidad. Ya casi ni veo a mis compañeros de trabajo. A los chicos con los que trabajaba en la semana los veo cuando paso por la estación y los saludo antes de bajar al andén. Aunque el fin de semana se ha formado un grupo super agradable. Siempre se forman grupos de cualquier cosa. Volvemos a 'nuclealizar' el entorno, cerrando filas, incluyendo, excluyendo. Al final me autoexcluyo por mamona. Hace poco hicieron un asado y no fui. Mi mamá otra vez. Yo y mi estupidez otra vez. Me dio miedo, paja, lata, rabia, etc y no fui. Y me contuve tanto para no pelear más. Me di cuenta de lo patético de todo y lloré tanto que me dolía la cabeza de tristeza. Me fui a acostar con el cerebro frito de pensar imposibles y amanecí enferma como no lo estaba hace mucho tiempo. Me sentí tan débil de espíritu, se juntó todo, mi cuerpo dijo: ¡HUEÓN, PARA! Estaba durmiendo cuatro horas, comiendo a deshoras (si es que comía), con más cosas pendientes que ... (insertar comparación graciosa y risas) y pasando rabias porque sí. Pero ya estoy mejor. Físicamente por lo menos. Ando relajada y me siento mejor también. Que otros pasen rabias que yo me fui a fumar un pucho (metáfora).




Aunque me ha hecho pasar muchas rabias:
- Tiene casi todo el papel mural de la casa roto porque se afila las uñas en las esquinas
- Meo en mi bolso dos veces y quedo hediondo porque mi mamá le cerró la puerta al baño
- Tiene toda mi ropa, cama, sillón y la casa llena de pelos que mi sobrina ya no puede venir porque le da alergia suprema y se pone morada y habla en lenguas extrañas
- Me tiene tan rasguñada que una compañera en la u pensó que me estaba cortando los brazos
- Es tan camote que muchas personas no quieren venir a la casa porque está él y cuando le baja la locura de las 22hrs los deja con estigmas jevijarcors (In-com-pren-dido (8))

Pero yo quiero a Osama por sobre esas cosas porque cuando llego cabreada y lo único que quiero es dormir una siesta, él apaña y se acuesta a ronronear a mi lado. Duerme a parejitas conmigo. Consideré cambiar su nombre a Pestañita, pero es un macho recio y no va con su personalidad terrorista-tierno.




Bueno, ya no me acuerdo que otras cosas insignificantes pasaron. Lo que sí me tiene la psique ocupada es el mail sin respuesta. Eso es horrible. Ojalá no les pase nunca porque la espera a un mail me tiene mal. Y no es sólo el contenido de palabras lo que me preocupa, es la intención misma de responder la que me atormenta. Si digo que nunca le achunto y me va mal en todo no me van a creer pero así es. Así que estoy pseudo-preparada para un respuesta negativa. La positiva parece tan imposible como tipear ESA primera palabra (¿Qué mierda?):




Para que vean que no es exageración. Y si, es mi culpa porque debería haber hablado antes y en persona cuando tuve la oportunidad y la deseché por gallina (inserte movimientos de gallina mientras suena un cacareo miedoso). Una amiga me evangelizó en mi propio razonamiento y me di vergüenza. No puedo ser tan penca. Y no es que ella me lo diga. ¿Quién mejor que yo para entenderme? Sé lo que debería haber hecho y sé porque no lo hice. Ahora creo saber lo que debo hacer. Por más que creo una idea romántica del viaje hacia ti, se que no es nada romántico lo que me espera. Me he preparado mentalmente para varios escenarios, los más devastadores a mi parecer: que aparezcas con novia, que aparezcas con novia embarazada, que aparezcas con novio, que aparezcas con sotanas y te vuelvas a una secta célibe, que aparezcas enamorado de otro ser humano, que aparezcas y desaparezcas, y la peor de todas, que no aparezcas. Esa es la que mas me aterra. Que no aparezcas porque no quieres, porque ya no te interesa, porque dejó de importar, porque perdió sentido, porque sientes que no vale la pena. Porque has llegado a importarme a tal punto que con tu presencia basta. Te quiero ahí rondando siempre como yo te rondo a ti. Pero ahora pareces tan lejano que haces que todos mis miedos e ideas aterradoras toquen suelo y tomen fuerza. Todo en ti me parece fascinante y complejo. Me gusta hasta lo que no me gusta de ti y eso ya es enfermo. Esta distancia me hace ver distorsionadas las cosas hasta el punto de ver luces que se mueven. Hacia ti. Hacia mí.




-.-
cipawuer