Hay veces que digo sí, y al instante ya me arrepentí. O digo "te quiero" y luego pasa algo y se convierte en un "no te soporto". El asunto es este. "T" es muy sensible. Demasiado para mi gusto. Y cuando todo había quedado por la paz, decidí llamar para saber como estaba. Hasta ahí todo bien. Lo malo fue la respuesta que recibí. Fue un "no me vuelvas a llamar ni nada"... ... ... ¿Qué?¿Qué te hice?¿Seré un monstruo insensible y perverso?¿Será él demasiado sensible? Quizás de todo un poco. O quizás no. El punto de mi reflexión es que NO ME IMPORTA. Y creo que eso está mal, o por lo menos es raro (¿Cómo tan insensible?
Entonces, dada la circunstancia, tomé la decisión de no llamar a ningún ser de la Tierra a menos que sea estrictamente necesario ("T" quedó descartado totalmente, claro). Tal vez así me evito este tipo de inconvenientes.
Aunque estoy en pro de la diversidad de opiniones y todo eso, encontrar este tipo de "trogloditas" con pensamiento tan cerrado a estas alturas de la vida me molesta. Ayer me descompuso como por quince minutos. Luego, analizando y meditando el asunto, me di cuenta que en el fondo de mi corazón y de mi alma ya no queda espacio ni ganas de seguir con este tipo de situaciones. Así no más. Sin dar mas vueltas logré deshacerme del "atado" de "T".
Ahora mi conciencia está en paz y me siento por fin libre de "polvo y paja". Ya estaba bueno ya.