Caminando por esa calle y mirando los edificios de la ciudad que si, se veían bien pero como chica campestre hubiera preferido ver grandes y verdes árboles en vez de imponentes y grises edificios de espejos, pero debería asumir que ahora todo esto es lo que debía llamar "(actual)hogar".
Pero dejando fuera ese hecho, y ante tal situación... Bueno, no había nada. Nada bueno, nada malo, nada interesante. Nada que decir. Cualquiera hubiera pensado en algo. Cualquier cosa. Algo pendiente, una llamada, un amigo, una situación, una emoción. Pero no. Tenía la cabeza hueca. No pensó ni recordó cosa alguna. Sólo pensó que no estaba pensando en algo. O sea, pensando en nada. Y fue bueno. Porque esa nada sería algo sin significado y que probablemente olvidaría. Sólo sabía y tenía un sentimiento asociado a ello. Estaba segura que volvería a ocurrir. Como esa otra vez ¿O no? Porque ya había sentido eso. No era la primera vez, y por supuesto no sería la última. Es lo único seguro. Ese no-pensamiento vascilante y constante al mismo tiempo la rodearía siempre. Eso creyó. O quizás no. La verdad... Ni ella sabe
